La heroína, o diacetilmorfina en
su Denominación Común Internacional, es un opioide con
propiedades analgésicas que también se utiliza de
forma menos común como supresor de la tos y antidiarreico.
Por sus efectos eufóricos, la heroína se utiliza como droga recreativa semisintética.
Derivada de la morfina y originada a partir de la adormidera, planta de la que se extrae el opio, su administración
frecuente y regular está asociada a la tolerancia y a una fuerte dependencia física. En algunos países se emplea
en terapias en usuarios crónicos como sustituto de opiáceos en
combinación con labores de asistencia y asesoramiento al paciente.2
Administrada por vía intravenosa
mediante inyección, la heroína puede ser entre dos y cuatro veces más potente
que la morfina y es más rápida en comenzar sus efectos.3 La
heroína ilícita suele presentarse en un polvo blanco mate al que se añaden
diversos adulterantes.4 Una
fracción importante de los consumidores de opioides, más de treinta millones de
personas al año en todo el mundo según la ONU (2014),5 consumen
heroína, la cual está relacionada con un efecto narcótico pronunciado, se
clasifica dentro de las drogas depresoras del sistema nervioso central y se
caracteriza por producir una dependencia psicológica y física intensa a un
ritmo muy acelerado, siendo considerada una de las drogas más adictivas y
dañinas
Poco después de inyectársela (o inhalarla), la heroína cruza la barrera
de la sangre al cerebro. En el cerebro, la heroína se convierte en morfina y
rápidamente se adhiere a los receptores de opioides. Las personas que abusan de
la heroína típicamente informan que sienten una oleada de sensaciones
agradables, conocida comúnmente como "rush". La intensidad del
"rush" depende de la cantidad de la droga que se ha tomado y la
rapidez con que la droga entra al cerebro y se adhiere a los receptores
naturales de opioides. La heroína es particularmente adictiva porque entra al
cerebro rápidamente. Con la heroína, el "rush" generalmente va
acompañado por un acaloramiento de la piel, sequedad de la boca y una sensación
de pesadez en las extremidades a veces seguido por náusea, vómito y una picazón
severa.
Después de los efectos iniciales, los abusadores generalmente se sienten
somnolientos por varias horas. La función mental se ofusca por el efecto de la
heroína en el sistema nervioso central. La función cardiaca disminuye. La
respiración también se deprime enormemente, a veces hasta el punto de causar la
muerte. La sobredosis de heroína puede ser particularmente peligrosa en la
calle, donde no se puede determinar con certeza la cantidad y la pureza de la
droga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario